lunes, 11 de febrero de 2013




Red Velvet Cheesecake



Esta receta para San Valentín me parece perfecta , está buenísima y es original , no es mía es de Alma , una famosa repostera Asturiana , pero yo la he hecho y es Perfect si a tu chico le gusta el Cheesecake Neoyorquino

Para 1 molde desmontable de 18 cms de diámetro

Para la base
·         170 g de galletas Oreo
·         50 g de azúcar
·         85 g de mantequilla
Para el relleno
·         800 g de queso crema tipo Philadelphia
·         160 g de azúcar 
·         2 cucharadas de harina
·         4 huevos M
·         65 ml de nata de montar
·         1 cucharadita de vainilla en pasta
·         2 cucharaditas de emulsión "Red Velvet"
·         Colorante Extra Red a mansalva

Para la crema de queso
·         60 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
·         150 g de icing sugar
·         60 g de queso Philadelphia
·         1 cucharada de leche
Precalentamos el horno a 180ºC y engrasamos nuestro molde .
En primer lugar, trituramos las galletas (enteras) en el
 robot de cocina hasta que parezcan pan rallado.
Las mezclamos con la mantequilla, fundida.

A continuación añadimos el azúcar. Mezclamos bien

Lo usamos para cubrir la base y metemos en la nevera a que se endurezca.

Mientras se enfría, preparamos el relleno. Batimos el queso con el azúcar y la harina hasta que la mezcla sea homogénea.
Incorporamos los huevos, uno a uno.  Añadimos la nata y la vainilla y mezclamos de nuevo para lograr homogeneidad.

Batimos siempre a velocidad lenta para no sobrebatir la masa (sobrebatir = grietas en la superficie al hornear).

Incorporamos la emulsión.

Separamos un vaso de masa y lo mezclamos bien con el colorante.
Incorporamos la masa teñida al resto (así se tiñe más fácilmente que si intentáis teñirlo todo a la vez).
 

Sacamos la base de la nevera y la rellenamos con esta mezcla.

Horneamos durante 15 minutos a 180º y después bajamos la temperatura a 120º y seguimos horneando al menos 60 - 70 minutos
 (la mitad de tiempo si usáis moldes individuales), o hasta que toda la superficie haya cuajado y sólo quede el centro un poco húmedo.

Sacamos del horno, dejamos templar y, cuando esté a temperatura ambiente, pasamos un cuchillo por los bordes, entre el molde y la tarta (sin desmoldarlo, sólo para quitar tensión y que no se agriete) lo metemos en la nevera durante, al menos 6 horas (o, mejor aún, toda la noche).

Al día siguiente, sacamos la tarta de la nevera y, mientras vuelve a temperatura ambiente, tamizamos el icing sugar. A continuación, lo batimos con la mantequilla y la leche a velocidad máxima hasta que se integre. Añadimos el queso, que ha de estar frío, y batimos, primero a velocidad baja y luego aumentando la velocidad hasta que la mezcla sea homogénea y cremosa. Cuanto más batamos, mayor consistencia tendrá la crema.

Decoramos la tarta usando la manga pastelera y... ¡¡a comeeeeeeeeeeeeeeeeeer!!


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